- El creyente debe llamar a las gentes a Al-láh con amor, animándoles para obrar bien.
- El predicador quien llama al sendero de Al-láh debe tener una sabiduría para transmitir el mensaje del Islam a la gente.
- Transmitir el mensaje de Al-láh con una manera positiva lleva a la alegría, a la aceptación y a sentirse tranquilo hacia el predicador y hacia su invitación.
- Dificultar los asuntos para la gente lleva al rechazo del mensaje y a las sospechas acerca del dicho del predicador.
- La inmensa misericordia de Al-láh hacia sus siervos ofreciéndoles una religión buena y unas leyes facilitadas.